Los estereotipos existen para todos los grupos, y aunque algunos son positivos y otros negativos, todos existen juntos en nuestra conciencia colectiva como sociedad. Dicho esto, trabajar en la industria de alimentos y bebidas es nuestro deber continuar brindando un servicio de primer nivel a todos los clientes; a pesar de cualquier noción preconcebida que tengamos sobre cómo se comportarán.
Un desafío común que surge con frecuencia en la industria de los restaurantes está relacionado con las actitudes de los meseros hacia las personas de color que salen a cenar . En esta situación, las personas de color suelen ser estereotipadas como más ruidosas, más necesitadas e incluso dando propinas más pequeñas. Al igual que con cualquier estereotipo, ciertamente habrá personas que cumplan con esta descripción y hagan parecer que todos los demás en su grupo racial actúan de la misma manera. Estos clientes pueden ser frustrantes por muchas razones, y es decepcionante cuando reconoce cualquier negatividad creciente que pueda sentir acerca de estas personas.
Sin embargo, pensar así puede iniciar un ciclo malsano de conductas que terminan justificándose por sí mismas. A menudo, si un servidor cree que un grupo cae en este estereotipo, puede sentirse menos inclinado a ir más allá por ellos como lo harían por otros clientes. Ahora bien, al igual que con los estereotipos sobre los clientes, no todos los camareros o camareras hacen esto. De hecho, muchos ven los estereotipos por lo que son y tratan a todos los grupos por igual, brindándoles el servicio que se merecen.
Dicho esto, no permitir que los tipos de estéreo afecten su servicio puede ser un desafío, especialmente cuando sus ingresos dependen de una gratificación. Tan frustrante como puede ser no recibir la propina adecuada por la que trabajó, es mejor no dejar que esa posibilidad afecte su servicio. Si lo hace, puede desanimar y molestar a un invitado que de otro modo habría dado una buena propina. El resultado es entonces una justificación de sus propios pensamientos, ya que el grupo que esperaban no dar propina, no lo hizo.
Situaciones como esta son difíciles de manejar. Sobre todo, permanecer sensible a la situación es la mejor manera de mantener a raya cualquier sesgo. Dale a las personas la oportunidad de mostrarte quiénes son y es posible que te sorprendan. Y si no, siempre queda la mesa de al lado.